Tras haber ayudado a Zapatero a ganar las últimas elecciones, los nacionalistas han comenzado su presión para conseguir lo que sin duda buscaban: un acuerdo de “financiación”. En castellano castizo, la pasta.
Ibarreche, con su eterno referéndum a cuestas, y Montilla, basándose en el leonino Estatut catalán, exigen a Zapatero, a España, que satisfaga las peculiaridades de ambos territorios, la idiosincrasia vasca y la catalana, tan diferentes ellos al resto del Estado.
En un momento en que la crisis económica nos va a apretar a todos hasta dejarnos sin aliento, los nacionalistas no tienen empacho en seguir apretando tuercas y en demostrar que les importa un pepino España y los españoles. ¿Quedará algo de dinero en la caja si Zapatero entre lo que piden los constructores y los nacionalistas?
Lo peor de todo es que no serán los últimos en pedir. Galicia seguirá el ejemplo. Y más adelante vendrá los diferentes sectores económicos: agricultores, ganaderos, pescadores, transportistas……
La política de Zapatero me recuerda el título de una película de Kim Basinger, “Ella siempre dice sí”. ……excepto a Mariano.
sábado, 10 de mayo de 2008
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