Buscar en la lógica la explicación a lo que está sucediendo en el PP es, en mi opinión, perder el tiempo. No me creo que la mayoría de los dirigentes del PP actuales o anteriores estén tan faltos de visión que no se den cuenta que este rumbo les lleva a la desaparición. Se juntan dos cosas: el PP ha traicionado la directriz que sus afiliados y votantes le dieron en los últimos tiempos y, por otra parte, intenta jugar a hacer seguidismo de la política del PSOE, pero sin los medios de éste. Los resultados de esa nefasta política se están viendo ya: abandono o expulsión de figuras representativas, indignación de los pocos medios de comunicación afines, y miles (e incluso, millones) de votantes que pueden haber decidido dejar de serlo en las próximas elecciones.
Las consecuencias a medio plazo pueden ser, precisamente, el rotundo fracaso electoral y, después, la decapitación de Rajoy y su equipo para dejar paso libre al candidato de PRISA, Gallardón.
Esta maniobra, la entronización de Gallardón, no puede haber sido consensuada con el PP, sino que le debe haber sido impuesta por algún poder “fáctico”, con el objetivo de no poner en peligro el cambio de régimen patrocinado conjuntamente por PSOE y nacionalistas. De esta manera, el PP gallardoniano llegaría al poder igual que Sagasta lo hacía con el consentimiento de Cánovas, que se turnaban consensuadamente y con una política igual en lo esencial. Es decir, llegaríamos a un bipartidismo consistente en dos partidos que, al margen de la cosmética social y la religiosa y “patriótica”, defienden lo mismo: el capitalismo, la oligarquía y, con ese sistema, la corrupción, la injusticia y la insolidaridad. Todo ello, prefacio de una dictadura barnizada de votos.
sábado, 24 de mayo de 2008
sábado, 10 de mayo de 2008
Exigencias nacionalistas
Tras haber ayudado a Zapatero a ganar las últimas elecciones, los nacionalistas han comenzado su presión para conseguir lo que sin duda buscaban: un acuerdo de “financiación”. En castellano castizo, la pasta.
Ibarreche, con su eterno referéndum a cuestas, y Montilla, basándose en el leonino Estatut catalán, exigen a Zapatero, a España, que satisfaga las peculiaridades de ambos territorios, la idiosincrasia vasca y la catalana, tan diferentes ellos al resto del Estado.
En un momento en que la crisis económica nos va a apretar a todos hasta dejarnos sin aliento, los nacionalistas no tienen empacho en seguir apretando tuercas y en demostrar que les importa un pepino España y los españoles. ¿Quedará algo de dinero en la caja si Zapatero entre lo que piden los constructores y los nacionalistas?
Lo peor de todo es que no serán los últimos en pedir. Galicia seguirá el ejemplo. Y más adelante vendrá los diferentes sectores económicos: agricultores, ganaderos, pescadores, transportistas……
La política de Zapatero me recuerda el título de una película de Kim Basinger, “Ella siempre dice sí”. ……excepto a Mariano.
Ibarreche, con su eterno referéndum a cuestas, y Montilla, basándose en el leonino Estatut catalán, exigen a Zapatero, a España, que satisfaga las peculiaridades de ambos territorios, la idiosincrasia vasca y la catalana, tan diferentes ellos al resto del Estado.
En un momento en que la crisis económica nos va a apretar a todos hasta dejarnos sin aliento, los nacionalistas no tienen empacho en seguir apretando tuercas y en demostrar que les importa un pepino España y los españoles. ¿Quedará algo de dinero en la caja si Zapatero entre lo que piden los constructores y los nacionalistas?
Lo peor de todo es que no serán los últimos en pedir. Galicia seguirá el ejemplo. Y más adelante vendrá los diferentes sectores económicos: agricultores, ganaderos, pescadores, transportistas……
La política de Zapatero me recuerda el título de una película de Kim Basinger, “Ella siempre dice sí”. ……excepto a Mariano.
lunes, 21 de abril de 2008
La oposición frágil
Parece que, por fin, los caballos de Troya que el PSOE tiene en el PP, han logrado su objetivo, dividir al PP. Piqué, Nebrera, Lasalle, Gallardón, sobre todo este último, etc, etc, han ido poniendo palillos en las ruedas hasta conseguir que, perdidas las últimas elecciones, el partido se vaya desintegrando.
Nunca ha sido la derecha un bloque monolítico, ni siquiera en época de Franco. La izquierda, en cambio, con todas sus variantes, sabe superar sus desavenencias para combatir a su enemigo, la derecha.
A la izquierda actual no le hace falta ideología; con unas cuantas consignas y cuatro obviedades ya tiene en el saco a unos millones de votantes. Entre ellos, algunos de buena fe (¡ilusos!), otros irreductibles y fanáticos, y otros que siguen la pauta de votar al más simpático y sonriente, que suele ser de izquierdas.
En cambio, la derecha necesita unidad, ideas claras (y coherentes), fuerza y un puntito de trastienda para no caer en las contínuas añagazas que la izquierda –maestros de la propaganda- le va poniendo. Y justo eso que le hace falta, es lo que la derecha de ahora no tiene. Aznar consiguió la unidad y la fuerza, pero en algunos temas no fue coherente y, desde luego, pecó de ingenuidad.
Rajoy ha dado un giro de 180 grados en su estrategia política y de oposición. De momento, quiere un partido en el que quepan todos….pero quiere echar a Esperanza Aguirre. También dice querer seguir una línea moderada, o sea, sumisa; con lo cual, ZP podrá colocar en su cuarto de baño otra alfombrilla. Por otra parte, al perder a varios medios anteriormente afines -El Mundo, COPE, Libertad Digital-, le va a ser difícil transmitir y amplificar su mensaje; todo lo contrario que ZP, que cuenta con casi todas las televisiones, infinidad de periódicos y tres o más cadenas de radio a sus órdenes y sin fisuras.
Lo que Rajoy debería decir claramente a sus posibles votantes es si lo que quiere es ganarle a ZP, o ganarle a Pedro Jota, Losantos y Aguirre. Los que le votaron (la mayoría, al menos) lo hicieron porque se suponía que defendía una política y para echar a ZP, no para hacerle el juego al presidente del Gobierno.
Y, sobre todo, Rajoy debe saber que entre el original y la copia, por el mismo precio, la gente elige el original.
Nunca ha sido la derecha un bloque monolítico, ni siquiera en época de Franco. La izquierda, en cambio, con todas sus variantes, sabe superar sus desavenencias para combatir a su enemigo, la derecha.
A la izquierda actual no le hace falta ideología; con unas cuantas consignas y cuatro obviedades ya tiene en el saco a unos millones de votantes. Entre ellos, algunos de buena fe (¡ilusos!), otros irreductibles y fanáticos, y otros que siguen la pauta de votar al más simpático y sonriente, que suele ser de izquierdas.
En cambio, la derecha necesita unidad, ideas claras (y coherentes), fuerza y un puntito de trastienda para no caer en las contínuas añagazas que la izquierda –maestros de la propaganda- le va poniendo. Y justo eso que le hace falta, es lo que la derecha de ahora no tiene. Aznar consiguió la unidad y la fuerza, pero en algunos temas no fue coherente y, desde luego, pecó de ingenuidad.
Rajoy ha dado un giro de 180 grados en su estrategia política y de oposición. De momento, quiere un partido en el que quepan todos….pero quiere echar a Esperanza Aguirre. También dice querer seguir una línea moderada, o sea, sumisa; con lo cual, ZP podrá colocar en su cuarto de baño otra alfombrilla. Por otra parte, al perder a varios medios anteriormente afines -El Mundo, COPE, Libertad Digital-, le va a ser difícil transmitir y amplificar su mensaje; todo lo contrario que ZP, que cuenta con casi todas las televisiones, infinidad de periódicos y tres o más cadenas de radio a sus órdenes y sin fisuras.
Lo que Rajoy debería decir claramente a sus posibles votantes es si lo que quiere es ganarle a ZP, o ganarle a Pedro Jota, Losantos y Aguirre. Los que le votaron (la mayoría, al menos) lo hicieron porque se suponía que defendía una política y para echar a ZP, no para hacerle el juego al presidente del Gobierno.
Y, sobre todo, Rajoy debe saber que entre el original y la copia, por el mismo precio, la gente elige el original.
sábado, 1 de marzo de 2008
La cantinela del sacamuelas Z
Nuestro presidente del Gobierno sigue con su programa electoral: PP/Rajoy malos, malosos. En el PSOE han llegado a tal grado de perfección en buscar adjetivos que denigren al PP y a sus dirigentes, que a los ciudadanos nos parece hasta normal que un presidente del Gobierno dedique en exclusiva a éso y se olvide de decirnos qué va a hacer por nosotros si gana las elecciones (aparte de intentar liquidar al PP, claro).
La demagogia barata que usan estos expertos sacamuelas llega a estragar: "Nosotros somos el progreso, la convivencia, la solidaridad, la tolerancia, el futuro, la alegría, los colores; ellos son el retroceso, la crispación, la xenofobia, la intolerancia, lo antiguo, lo rancio, la tristeza, el blanco y negro". Y si aún quedara así la cosa, nos daríamos con un canto en los dientes. Lo peor es la contínua amenaza del miedo: "Si gana el PP volverán a mandar los obispos y los militares, nos dirán lo que tenemos que hacer y nos volverán a llevar a la guerra civil".
Nuestra democracia no se merece esa contínua llamada al odio, a las vísceras. Ya se ha visto a lo que hemos llegado: la sociedad española está completamente dividida, radicalizada. Un paso más, y las consecuencias las pagaremos todos.
La demagogia barata que usan estos expertos sacamuelas llega a estragar: "Nosotros somos el progreso, la convivencia, la solidaridad, la tolerancia, el futuro, la alegría, los colores; ellos son el retroceso, la crispación, la xenofobia, la intolerancia, lo antiguo, lo rancio, la tristeza, el blanco y negro". Y si aún quedara así la cosa, nos daríamos con un canto en los dientes. Lo peor es la contínua amenaza del miedo: "Si gana el PP volverán a mandar los obispos y los militares, nos dirán lo que tenemos que hacer y nos volverán a llevar a la guerra civil".
Nuestra democracia no se merece esa contínua llamada al odio, a las vísceras. Ya se ha visto a lo que hemos llegado: la sociedad española está completamente dividida, radicalizada. Un paso más, y las consecuencias las pagaremos todos.
La manipulación permanente
El AVUI publica: "Neonazis se enfrentan a antifascistas"."La policia cargó ayer en Madrid contra neonazis y antifascistas después que los dos grupos se enfrentaran en la zona de Tirso de Molina"
Lo que realmente sucedió fue que en un mitín electoral autorizado de un partido de derechas, se presentaron los terroristas de la izquierda a boicotear y a dar caña. La Policía hizo acto de presencia y cargó contra los izquierdistas, que se dedicaron a quemar coches y contenedores y a destrozar el mobiliario urbano sin reparar en gastos.La manipulación de la prensa nacionalizquierdista en España está dejando en pañales a Goebbels.
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